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Las fotos han sido tomadas por mis compañeros y editadas por mí, el uso es libre siempre y cuando nos deis un poco de linklove y enlacéis este post. Gracias!
5 años han tardado en volver. Un largo y silencioso lustro en un parón tras Reise, Reise que se ha hecho muy difícil de llevar. Pero ese silencio se ha roto con el lanzamiento de Liebe Ist Für Alle Da, el 6º disco de estudio de Rammstein. El disco en sí me lo reservo para un análisis más profundo, pero hoy voy a hablar del concierto en vivo que dieron en Barcelona el pasado 12 de noviembre.
Y no podemos empezar a hablar de un concierto pasando por alto a los teloneros: Combichrist, un cuarteto noruego de aggrotech, la vertiente mas techno del electro industrial. Dos baterías estrafalarios, 4 teclados para un loco tatuado y una garganta gutural dando berridos. Consiguieron calentar al público, pero en general no gustaron. Quizás esto del aggrotech es una vuelta de rosca innecesaria a estas alturas del chiste.
45 minutos después de que acabara el calentamiento, la banda alemana partía de forma muy cinematográfica trozos de la pared negra que los separaba del escenario y aparecía en el centro el vocalista Till Lindemann con una dentadura luminosa que lanzaba un haz de luz blanca al público a cada sílaba teutona que pronunciaba. Con unos atavíos entre tétricos y horteras, nos deleitaron durante casi 2 horas con 19 temas. Mayoritariamente del último álbum, el que para muchas revistas y webs especializadas, es el mejor de la banda; aunque un servidor de ustedes discrepe, pero no por mucho.
Este álbum ha sido prohibido en Alemania a los menores de edad por su canción Ich Tu Dir Weh (te hago daño), que relata una relación sadomasoquista. Este hecho junto a que Pussy, su primer single, tiene un videoclip con pornografía explícita (NSFW) y que tuvo que ser lanzado en un portal porno alemán, coronan a este disco como el más rebelde de la ya de por sí controvertida banda berlinesa. No es de extrañar que las ventas se hayan disparado, las descargas estén por las nubes y, lo más importante, que los estadios de alrededor de Europa estén repletos de fans. Parece ser que la idioma ya no es un obstáculo.
Un par de docenas de muñecos desnudos colgando del techo del escenario con láseres verdes saliéndoles de los ojos acompañaban la terrible letra de Wiener Blut, un relato en primera persona del padre austíaco que encerró y violó durante 16 años a su propia hija. Para al final, con el estruendo de petardos, dejarlos caer sobre el escenario en la oscuridad. O la lava de chispas que Till Lindemann arroja desde 10 metros de altura sobre el siempre bizarro teclista Flake, en Ich Tu Dir Weh. O rociar a un supuesto intruso con gasolina candente y perseguirlo por todo el escenario. Pero sin duda, la performance más espectacular, y sin desprestigiar el clásico del bote hinchable sobre los espectadores durante Seemann o las diversas lenguas de fuego lanzadas hacia el público, fue la escenificación de Pussy: un enorme pene metálico sobre el que se sienta Till y que empieza a rociar nada menos que espuma sobre nuestras pieles y almas para luego rebozarnos en confetti amarillo y rojo. Como siempre he dicho, los conciertos de Rammstein son oído, vista y mucho tacto.
El Setlist fue el mismo que en Lisboa y Madrid:
1. Rammleid
2. B*******
3. Waidmanns Heil
4. Keine Lust
5. Weisses Fleisch
6. Feuer Frei
7. Wiener Blut
8. Frühling in Paris
9. Ich tu dir weh
10. Liebe ist für alle da
11. Benzin
12. Links 2-3-4
13. Du hast
14. Pussy
Primer bis:
15. Sonne
16. Haifisch
17. Ich Will
Segundo bis:
18. Seemann
19. Engel
Ambiente final: Roter Sand
Sin embargo hubo una gran nota disonante que fue como el sonido empezó a fallar en el punto álgido de Frühling in Paris y que no recuperó el equilibrio réplica tras réplica. La voz subía y bajaba a placer, se acoplaban los bajos, se desconectaban sets enteros de pantallas… Un desastre que espero que haya sido subsanado durante el concierto del sábado en Bilbao. Aún así, el público rugió las letras que las instalaciones no trasmitieron y el grupo se llevó un buen sabor de boca de la entrega (y buena dicción alemana) de los casi 13.000 fans catalanes que se agolparon en el estadio.
Más tarde el club de fans RammsteinClub organizó una fiesta aftershow en el club Demonix en l’Hospitalet de Llobregat. La asistencia no fue masiva, lo que hizo que la sesión de DJ Bossma de lo más florido del género gótico industrial sazonado con algunos de los éxitos de Rammstein se pudiera disfrutar como es debido. La sorpresa llegó cuando a eso de las 2 de la madrugada aparecieron algunos miembros del grupo que estuvieron con sus fans hasta que terminó la noche. Y evidentemente los más machos nos acercamos como fangirls a por autógrafos y apretones de manos.
Debo decir que recordaré esta ocasión con gran cariño. El espectáculo, aunque no superó por mucho al del 2004, había sido largamente esperado y fue, en definitiva, ampliamente disfrutado por todos los ahí presentes. Bis bald, amigos!
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